miércoles, 13 de enero de 2016

PAINGALA UPANISHAD



PAINGALA UPANISHAD

Adhyaya IV


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carroza krishna paingala upanishad



"Conoce a Atman como el que va en la carroza y al cuerpo como la carroza..."


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Extracto inédito en castellano 
Traducción de Roberto Mallón Fedriani

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[…] Entonces Paingala se dirigió a Yajñavakya de este modo: “¿Qué es el Karma para el sabio? ¿Y cuál es su estado?” A lo que Yajñavalkya respondió: “Uno que busca la Liberación, y que posee humildad y las demás virtudes posibilita que veintiuna generaciones (ancestros y descendientes) crucen el Samsara hacia Atman (el Sí Mismo). El conocedor de Brahman, por sí solo, lo hace para ciento una generaciones. Conoce a Atman como el que va en la carroza y al cuerpo como la carroza. Conoce a Buddhi (el Intelecto) como el cochero y a manas (la mente) como las riendas. Los sabios dicen que los órganos son los caballos, los objetos los caminos, y los corazones son las mansiones de muchos pisos. Los Maharishis dicen que cuando Atman se asocia con los órganos sensoriales y con manas, es el sujeto que experimenta. Por tanto, Narayana se establece en el corazón inmediatamente. Hasta que su prarabda karma (las acciones que ya están desarrollando resultado en esta vida) se haya consumido, existe en este cuerpo como en la piel (arrojada) por una serpiente. Una persona liberada que tiene un cuerpo de este modo, hace su recorrido como la Luna que reconforta a todos sin tener un morada fija. Renuncia a su cuerpo tanto si está en un lugar sagrado como si está en la casa de un chandala, y alcanza la salvación. Un cuerpo así (cuando lo ve otra persona) debe ser ofrendado como sacrificio a los cuatro puntos cardinales o debe ser enterrado. La renuncia (sannyasa) está prescrita solo a Purusha (a los sabios), no a otros. En caso de muerte de un asceta que ha alcanzado la naturaleza de Brahman, no debe observarse ninguna medida ante la contaminación; tampoco celebrar las ceremonias del fuego (incineración, homa, etc.); tampoco la de pinda (bolas de arroz), ni ceremonias de agua; o las ceremonias periódicas (mensuales y anuales). Al igual que un alimento una vez cocinado ya no se cocina mas, así un cuerpo una vez ha sido incinerado (por el fuego de la sabiduría) no debe ser expuesto al fuego otra vez. Para aquel cuyo cuerpo fue quemado por el fuego de la sabiduría no hay sraddha (ceremonia anual en honor de los difuntos) que ejecutar, ni funeral. En tanto en cuanto exista en uno la upadhi de la no sabiduría deberá servir al gurú. Deberá dirigirse hacia la esposa del gurú y a sus hijos como si se trataran del gurú. Si posee una mente pura, de la naturaleza de la Chit inmaculada, y está surgiendo la discriminación a partir del conocimiento de que “Yo soy El”, debe concentrar su corazón en Parmatma, y alcanzar la paz firme en este cuerpo; entonces llega a ser de la naturaleza de Jyotis: vacio de manas y de buddhi. ¿De qué le sirve la leche a alguien que está satisfecho con el néctar? ¿De qué le sirven los Vedas a alguien que ha conocido a Atman de este modo? Para el Yoguin satisfecho con el néctar de la sabiduría, no hay nada más que hacer. Si tiene algo que hacer, entonces no es un conocedor de la Verdad. Pratyagatma (el atman en el individuo) aunque este lejos, no está lejos; aunque esté en el cuerpo carece de él; pues Él es omniabarcante. Tras haber purificado el corazón y contemplado a Aquel que carece de enfermedad (es decir, a Brahman), la mayor de las felicidades es el conocimiento del “Yo” como lo Supremo y como el Todo. Como el agua mezclada con agua, la leche con la leche, y la mantequilla clarificada con la mantequilla clarificada, así Jivatma y Paramatma carecen de diferencia. Cuando se hace brillante a través de la sabiduría, y la buddhi se hace del Uno sin partes, entonces el hombre sabio quema la esclavitud del karma por medio del fuego de Brahmajñana. Entonces se hace puro, de la naturaleza de lo no-dual llamado Paramesvara, y de la luz, como el akasa inmaculado. Lo mismo que el agua mezclada con agua, así Jiva (-Atma) se hace carente de upadhis (o se libera de los lazos de la materia). Atman, es como akasa; de forma invisible. Por tanto, el Atman interior es invisible como vayu (el viento). Aunque está dentro y está fuera, Él es el inamovible Atman. Atman ve (o conoce) por medio de la antorcha de la sabiduría.

Cualquiera que sea la forma y el lugar en el que muera un sabio, es absorbido en Brahman en ese lugar, lo mismo que el akasa (éter) omniabracante. Debe saberse que Atman es absorbido al igual que lo es akasa en la vasija (cuando esta se rompe). Entonces alcanza la sabiduría-luz que carece de soporte. Aunque los hombres practicaran tapas (austeridades) manteniéndose de pie sobre una sola pierna por un periodo de mil años, eso no llegaría con mucho a ser igual que una dieciseisava parte de dhyanayoga. Alguien deseoso de conocer lo que son jñana (conocimiento) y jñena (el objeto a ser conocido), no sería capaz de obtener su deseo aun cuando estudiara los Shastras durante mil años. Lo único que se debe conocer es aquello que es indestructible. Lo que existe en este mundo es impermanente. Por consiguiente tras abandonar el estudio de los muchos Shastras, uno debe adorar aquello que es la Verdad. Los muchos karmas, la pureza (de la mente y el corazón), japa (la recitación de mantras), los sacrificios y las peregrinaciones –todo esto debe observarse hasta que se conozca Tattva (la Verdad). Para los Mahatmas (las almas nobles), el estar siempre concibiendo “Yo soy Brahman” les conduce a su salvación. Hay dos causas que conducen a la esclavitud y a la liberación. Son “mío” y “no mío”. Por medio de lo “mío” las criaturas son esclavizadas, mientras que por lo “no mío” son liberadas. Cuando la mente alcanza el estado de Unmani (cuando es destruida y es “la gema que yace en la superficie”) entonces ya nunca hay idea de dualidad. Cuando se da el estado de Unmani, entonces se alcanza el Trono Supremo. Después de ello, allá donde vaya la mente, allí se tiene obtenido el Trono Supremo (la mente goza de salvación allá donde este). Aquello que es igual en todo, solo es Brahman. Uno puede obtener el poder de golpear el akasa con su puño, puede que calme su hambre comiendo cáscaras de arroz, pero nunca alcanzara la liberación aquel que no tiene la cognición interior de “Yo soy Brahman”. […]