El sufismo operativo
William Chittick
Extracto del libro titulado “La doctrina sufí de Rumi”
(Jose J. Olañeta, Palma de Mallorca, 2008).
3. El Conocimiento y el Método
El corazón, el centro del ser del hombre, se identifica en su naturaleza más interior con los arquetipos o posibilidades principiales del hombre; lo liga directamente con el mundo del Espíritu.
Dije a mi corazón: “¿Cómo es,
Corazón mío, que por insensatez
Se te excluye del servicio
De Aquel cuyo nombre bendices? "
Mi corazón respondió: ''Haces mal
Malinterpretándome de esta manera,
Soy constante en Su servicio,
Eres tú el extraviado" (Discourses, p.178).
Rumi se refiere a menudo al siguiente hadith qudsi: "Ni Mi tierra ni Mis cielos Me contienen, pero el corazón del Mi fiel servidor sí Me contiene". En los pasajes siguientes comenta este tema:
Miré dentro de mi corazón;
Allí Le vi; Él no estaba en ninguna otra parte (Diwan, p. 73).
Oh corazón, hemos buscado de un extremo a otro: no he
visto en ti nada salvo el Amado.
No me llames infiel, oh corazón, si digo: "Tú mismo eres
Él" (Diwan, p . 73).
Aquí la comprensión se vuelve silenciosa o (si no) conduce
al error, porque el corazón está con Él, o en realidad el
corazón es Él" (Diwan, p. 250).
Conocer el corazón en su esencia más interior es conocer a Dios, y, en la medida en que uno conoce verdaderamente a Dios, no es otro que Él, pues un ser definido por la relatividad no puede conocer al Absoluto. Para conocer a Dios, uno debe "convertirse en Dios" cesando de existir en ese modo de ser que separa al hombre de Él, o dejando de estar definido por las limitaciones de ese estado.
Cuando el espíritu se perdió en la contemplación, dijo
esto: "Nadie salvo Dios ha contemplado la belleza de Dios" (Diwan,p.91).
No mires a ese Bello Ser con tu propio ojo: contempla al
Buscado con el ojo de los buscadores.
Cierra tu ojo ante ese Ser de ojos dulces; toma prestado un
ojo de Sus amantes.
No, toma prestados de Él ojo y mirada; luego mira Su rostro
con Su ojo (IV, 75 - 77).
Cuando tu esencia es pura de toda mancha...
No queda ninguna distinción,
Conocedor y Conocido son lo mismo[1]
La inteligencia en el verdadero sentido de la palabra, que es una facultad centrada en el corazón y no en la mente, existe en el hombre para discriminar entre lo Real y lo irreal[2]. Pero la ilusión egocéntrica, la nafs y todo lo que la acompaña, se interpone entre el hombre y el verdadero conocimiento. A consecuencia de ello, el hombre confunde constantemente la proyección ilusoria de las cosas que tiene dentro de sí con las cosas tal como son en realidad. La verdadera inteligencia es ver las cosas tal como son a través de Dios; y para ver las cosas a través de Dios, uno no puede ser distinto de ÉL.
El único valor del conocimiento externo como tal es su eficacia simbólica, o es válido en la medida en que puede conducir a la realidad interior de aquello que manifiesta exteriormente:
El pensamiento (correcto) es el que abre un camino: el camino (correcto) es aquel por el que un rey (espiritual) avanza (II 3207).
Toda expresión de la verdad es en cierto sentido relativa puesto que existe en el mundo de las formas y la relatividad, pero en otro sentido es absoluta, pues es un símbolo que refleja la Verdad última misma, que es la única absoluta "en un sentido absoluto"[3]. Por eso el sufismo, a pesar de su énfasis constante en la "ruptura de las formas",subraya la importancia de la ortodoxia[4]: sólo si una doctrina o un método son ortodoxos, o, dicho de otro modo, sólo si en su propio nivel son un reflejo adecuado de la Verdad, pueden llevar a la Verdad. Si alguien altera la doctrina para adaptarla a su opinión personal (zann), destruye su valor como símbolo y por lo tanto su capacidad para reflejar la Verdad. En ciertos aspectos, esto explica la función del maestroespiritual:puesto que en su ser interior ha trascendido el mundo de las formas y vive en el mundo del Espíritu, él puede reformular la doctrina de una manera que se adecua a las necesidades particulares de la colectividad a la que se dirige.
En el Mathnawi, Rumi resume el punto de vista sufí sobre la importancia de la ortodoxia al criticar a un hombre que había interpretado unas Tradiciones del Profeta en un sentido que le era ventajoso:"Cámbiate a ti mismo, no a las Tradiciones: insulta a tu (torpe) cerebro, no a la rosaleda (el verdadero sentido que no puedes comprender)" (I, 3744). El hombre no debe rebajar la doctrina a su nivel; al contrario, debe elevarse al nivel de la doctrina.
En una civilización tradicional todas las ramas del saber están determinadas de acuerdo con los principios que derivan del reino espiritual; sí uno profundiza en ellas, es conducido desde la expresión formal hasta la Verdad supraformal.
(Para caminar por este Camino) se necesita un conocimiento cuya raíz está Allá, puesto que cada rama es una guía hacia la raíz (IIL 1124).
Las personas que han hecho o están haciendo sus estudios piensan que si vienen aquí constantemente(es decir, si acuden a Rumi para recibir instrucción sobre el sufismo) olvidarán y abandonarán todo lo que han aprendido [ya que el sufismo "suprime"la expresión formal]. Por el contrario, cuando vienen aquí, todas sus ciencias adquieren un alma. Pues las ciencias son como imágenes; cuando adquieren un alma, es como si un cuerpo sin vida recibiera un alma. Todo conocimiento tiene su origen más allá y se transfiere del mundo sin letras y sonidos al mundo de las letras y los sonidos (Discourses, pp. 163-164).
Como hemos visto, para "conocer" verdaderamente una realidad perteneciente al mundo espiritual, el hombre debe "convertirse" en ella: en los mundos que están más allá de la forma, el conocimiento y el ser están unidos. El papel del simbolismo consiste en indicar el camino que el hombre debe seguir en la realización de las posibilidades de existencia latentes en su propia esencia.
Cada nivel de realidades una expresión simbólica de los niveles que están por encima de él, ya que ontológicamenteestá determinado por ellos. Para el viajero en el camino espiritual, un estado superior del ser aparece primerocomo una visión en su interior, y a medida que avanza es absorbido gradualmente en ella. Mediantela realización sucesiva de los nivelesdel ser el hombre puede realizar finalmente el estado de unión con lo Divino.
Acercas este conocimiento hacia ti. Dice: "No puedo estar contenido aquí y tú tardas mucho en llegar allí. Para mí es imposible estar contenido aquí, y para ti es difícil llegar allí". Conseguir lo imposible es imposible; pero conseguir lo difícil no es imposible. Así, aunque es difícil, esfuérzate por alcanzar el gran conocimiento; y no esperes que esté contenido aquí, pues esto es imposible (Discourses, p. 216).
El método espiritual del sufismo, por el cual el conocimiento teórico se actualiza, de manera que se convierte en parte del ser del hombre, es esencialmente concentración en la Verdad mediante la coordinación y la realización de los poderes inherentes al estado humano[5]. La tendencia fundamental del hombre caído es dispersiva. Como vive como si él fuera solamente su ego, su inteligencia se "externaliza"y se dispersa. Está "repartida entre mil asuntos sin importancia, entre miles de deseos y cosas grandes y pequeñas" (IV, 3288). El objetivo inmediato del método es invertir esta tendencia dispersiva; y puesto que la condición presente del hombre resulta del "olvido"(ghaflah) de su esencia pre-temporal, el medio mediante el cual se produce la concentración se conoce como dhikr, "recuerdo" de Dios.
Al igual que en el uso árabe habitual la palabra dhikr también significa "invocar", asimismo en su significado técnico sufí "recordar a Dios" también significa "invocar a Dios",y el método central del Camino es la invocación del Nombre divino,el Nombre que es misteriosamente idéntico con el Nombrado, pues es su símbolo perfecto.
En la invocación sufí se utilizan diversas fórmulas y Nombres divinos. En lo que habitualmente se conoce como la invocación del "Nombre supremo" (ism-i a'zam), el Nombre invocado se considera que contiene en sí mismo todos los Nombres de Dios: es un medio para realizar todos los estados del ser contenidos en la esencia del hombre, o de actualizar todos los nombres que "Dios enseñó a Adán''. A través de la invocación el hombre se reintegra en su centro y finalmente alcanza la unión con Dios.
Como dijimos más arriba, el corazón nunca está separado de Dios; es el yo individual del hombre el que, mediante el método espiritual, debe transformarse para que el hombre vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en el Universo.
Por lo tanto, se ve queel corazón, en toda circunstancia, está unido al corazón del amado, y no tiene necesidad de atravesar las etapas [del Camino], ninguna necesidad de temer a los salteadores de caminos [los obstáculos en la vía]. .. Es el desdichado cuerpo el que está encadenado a estas cosas (Discourses, pp. 177-178).
En el sufismo, la "virtud espiritual"[6]es el reflejo en la esfera humana y social de la transformación experimentada en el camino. Es el equilibrio de las facultades más interiores del alma producido por la reintegración del hombre en su centro y reflejado exteriormente en la participación de las dimensiones psicofísicas del hombre en la Verdad. Un hombre verdaderamente "virtuoso"es, pues, aquel cuyo ser entero,incluido el cuerpo, se ha convertido en un espejo que refleja a Dios[7]. Por otra parte, la virtud no es en modo alguno "algo de mérito",pues no pertenece al ser humano como individuo. Es el estado "natural" del hombre antes de su caída, estado al que se llega eliminando en el hombre todo lo que es opaco y que impide la irradiación de la Luz divina.
Del estudio del método espiritual en el sufismo no hay que concluir que los sufíes creen que todo lo que uno tiene que hacer para ser santo es entrar en el Camino. No todos los iniciados alcanzan un estado de conocimiento más allá de las formas, y muy pocos llegan a la meta final, o la unión[8]. Quizá se podría decir que la gran mayoría de los miembros de las órdenes sufíes han sido, o al menos, en nuestros días, son, mutabarrikun, "benditos", los que reciben pasivamente la gracia espiritual del maestro y se contentan con practicar una vida religiosa algo más intensa que la de sus vecinos piadosos. Sólo un pequeño número son verdaderamente salikun, "viajeros"en el Camino, en el sentido de progresar de un estado espiritual[9]a otro.
El sufismo subraya, por otra parte, que la participación en sus medios espirituales, en el nivel que sea -desde la simple iniciación hasta las etapas más avanzadas del Camino-, sólo se puede obtener por la gracia de Dios y Su "confirmación” de los esfuerzos del hombre (ta'yid). Las disciplinas espirituales del sufismo, tales como la invocación y la meditación[10]y medios secundarios como la música[11]y la danza sagrada, nunca se consideran capaces de conseguir nada por sí mismos. Son prácticas que sólo pueden ser eficaces por la gracia presente en sus formas sagradas y por la confirmación del Cielo. Los que critican el uso de cualquier clase de "método” para atraer la Gracia divina harían bien en considerar estos versos de Rumi:
Si dices que la pureza (espiritual) [sólo} es (conferida por la gracia de Dios [y no por el método], [debes sin embargo comprender que]este éxito en la labor de limpiar (el corazón [es decir, en la práctica de las disciplinas del Camino] también (proviene) de la generosidad (divina).
Esta labor (devocional) y esta oración está en proporción a las aspiraciones (del fiel): "El hombre no tiene más que aquello por lo que se ha esforzado [Corán, LIII, 40}".
Sólo Dios da la aspiración: ningún vil patán aspira a ser rey (IV, 2911 - 13).
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[1]Gulshan-i Raz, versos 412- 13.
[2]Véase Schuon, "Religio Perennis", en Miradas a los mundos antiguos, capítulo 9.
[3]Esto no es una redundancia. Schuon ha señala do en varios de sus escritos la importancia del concepto de lo "relativamente absoluto". Véase, por ejemplo, De la unidad transcendente de las religiones y Las estaciones de la sabiduría, pp. 28- 29.
[4]Lejos de ser sinónima de esterilidad y gris conformidad, la ortodoxia en el sentido tradicional es la garantía de que una doctrina expresa la Verdad supraformal en el plano formal de una manera conforme con las condiciones de ese plano. Véase Schuon, "Ortodoxia e intelectualidad", en Las estaciones de la sabiduría, capítulo l.
[5]Sobre la concentración en el sufismo, véase Burckhardt, Introducción al sufismo, y Nasr, "El sufismo y la integración del hombre", en Sufismo vivo, capítulo 2.
[6]Sobre la virtud e spiritual, véase Schuon, Perspectivas espirituales y hechos humanos, José J. de Olañeta, Editor, 20 01, Parte IV; Burckhardt, Introducción al sufismo; y Schuon, Comprender el Islam.
[7]Véase Mathnawi, I, 34; IV, p. 508; y V, 3 922.
[8]Sin embargo, todos los iniciados que siguen fielmente las disciplinas del Camino “se elevan lo suficiente como para tener al menos la Paz interior", en palabras del Shaykh al-‘Alawi. Citado en Lings, Un santo Sufí del siglo XX, p.24.
[9]Sobre los estados y estaciones espirituales, véase Nasr, "Los estados espirituales en el sufismo”, Sufismo vivo, capítulo 5 .
[10]Sobre la invocación v la medicación, véase Burckhardt, lntroducción al sufismo, 2ª parte, capítulos 3 y 4.
[11]Sobre la relación del sufismo con la música, véase Nasr, "The Infiuence of sufism on Traditional Persian Music", Studies in Comparative Relgion, vol. 6, 1972. pp. 225; también Islamic Culture, 1971 (n° 3), pp. 171-79.