PAINGALA UPANISHAD
Adhyaya IV
Adhyaya IV
*
"Conoce a Atman como el que va en la carroza y al cuerpo como la carroza..."
*
Extracto inédito en castellano
Traducción de Roberto Mallón Fedriani
____________
[…] Entonces Paingala se dirigió a Yajñavakya de este modo:
“¿Qué es el Karma para el sabio? ¿Y cuál es su estado?” A lo que Yajñavalkya
respondió: “Uno que busca la Liberación, y que posee humildad y las demás
virtudes posibilita que veintiuna generaciones (ancestros y descendientes)
crucen el Samsara hacia Atman (el Sí Mismo). El conocedor de Brahman, por sí
solo, lo hace para ciento una generaciones. Conoce a Atman como el que va en la
carroza y al cuerpo como la carroza. Conoce a Buddhi (el Intelecto) como el
cochero y a manas (la mente) como las riendas. Los sabios dicen que los órganos
son los caballos, los objetos los caminos, y los corazones son las mansiones de
muchos pisos. Los Maharishis dicen que cuando Atman se asocia con los órganos
sensoriales y con manas, es el sujeto que experimenta. Por tanto, Narayana se
establece en el corazón inmediatamente. Hasta que su prarabda karma (las
acciones que ya están desarrollando resultado en esta vida) se haya consumido,
existe en este cuerpo como en la piel (arrojada) por una serpiente. Una persona
liberada que tiene un cuerpo de este modo, hace su recorrido como la Luna que
reconforta a todos sin tener un morada fija. Renuncia a su cuerpo tanto si está
en un lugar sagrado como si está en la casa de un chandala, y alcanza la
salvación. Un cuerpo así (cuando lo ve otra persona) debe ser ofrendado como
sacrificio a los cuatro puntos cardinales o debe ser enterrado. La renuncia
(sannyasa) está prescrita solo a Purusha (a los sabios), no a otros. En caso de
muerte de un asceta que ha alcanzado la naturaleza de Brahman, no debe
observarse ninguna medida ante la contaminación; tampoco celebrar las
ceremonias del fuego (incineración, homa, etc.); tampoco la de pinda (bolas de
arroz), ni ceremonias de agua; o las ceremonias periódicas (mensuales y
anuales). Al igual que un alimento una vez cocinado ya no se cocina mas, así un
cuerpo una vez ha sido incinerado (por el fuego de la sabiduría) no debe ser
expuesto al fuego otra vez. Para aquel cuyo cuerpo fue quemado por el fuego de
la sabiduría no hay sraddha (ceremonia anual en honor de los difuntos) que
ejecutar, ni funeral. En tanto en cuanto exista en uno la upadhi de la no
sabiduría deberá servir al gurú. Deberá dirigirse hacia la esposa del gurú y a
sus hijos como si se trataran del gurú. Si posee una mente pura, de la
naturaleza de la Chit inmaculada, y está surgiendo la discriminación a partir
del conocimiento de que “Yo soy El”, debe concentrar su corazón en Parmatma, y
alcanzar la paz firme en este cuerpo; entonces llega a ser de la naturaleza de
Jyotis: vacio de manas y de buddhi. ¿De qué le sirve la leche a alguien que
está satisfecho con el néctar? ¿De qué le sirven los Vedas a alguien que ha
conocido a Atman de este modo? Para el Yoguin satisfecho con el néctar de la
sabiduría, no hay nada más que hacer. Si tiene algo que hacer, entonces no es
un conocedor de la Verdad. Pratyagatma (el atman en el individuo) aunque este
lejos, no está lejos; aunque esté en el cuerpo carece de él; pues Él es
omniabarcante. Tras haber purificado el corazón y contemplado a Aquel que
carece de enfermedad (es decir, a Brahman), la mayor de las felicidades es el
conocimiento del “Yo” como lo Supremo y como el Todo. Como el agua mezclada con
agua, la leche con la leche, y la mantequilla clarificada con la mantequilla
clarificada, así Jivatma y Paramatma carecen de diferencia. Cuando se hace
brillante a través de la sabiduría, y la buddhi se hace del Uno sin partes,
entonces el hombre sabio quema la esclavitud del karma por medio del fuego de
Brahmajñana. Entonces se hace puro, de la naturaleza de lo no-dual llamado
Paramesvara, y de la luz, como el akasa inmaculado. Lo mismo que el agua
mezclada con agua, así Jiva (-Atma) se hace carente de upadhis (o se libera de
los lazos de la materia). Atman, es como akasa; de forma invisible. Por tanto,
el Atman interior es invisible como vayu (el viento). Aunque está dentro y está
fuera, Él es el inamovible Atman. Atman ve (o conoce) por medio de la antorcha
de la sabiduría.
Cualquiera que sea la forma y el lugar en el que muera un sabio, es
absorbido en Brahman en ese lugar, lo mismo que el akasa (éter) omniabracante.
Debe saberse que Atman es absorbido al igual que lo es akasa en la vasija
(cuando esta se rompe). Entonces alcanza la sabiduría-luz que carece de
soporte. Aunque los hombres practicaran tapas (austeridades) manteniéndose de
pie sobre una sola pierna por un periodo de mil años, eso no llegaría con mucho
a ser igual que una dieciseisava parte de dhyanayoga. Alguien deseoso de
conocer lo que son jñana (conocimiento) y jñena (el objeto a ser conocido), no
sería capaz de obtener su deseo aun cuando estudiara los Shastras durante mil
años. Lo único que se debe conocer es aquello que es indestructible. Lo que
existe en este mundo es impermanente. Por consiguiente tras abandonar el
estudio de los muchos Shastras, uno debe adorar aquello que es la Verdad. Los
muchos karmas, la pureza (de la mente y el corazón), japa (la recitación de
mantras), los sacrificios y las peregrinaciones –todo esto debe observarse
hasta que se conozca Tattva (la Verdad). Para los Mahatmas (las almas nobles),
el estar siempre concibiendo “Yo soy Brahman” les conduce a su salvación. Hay
dos causas que conducen a la esclavitud y a la liberación. Son “mío” y “no
mío”. Por medio de lo “mío” las criaturas son esclavizadas, mientras que por lo
“no mío” son liberadas. Cuando la mente alcanza el estado de Unmani (cuando es
destruida y es “la gema que yace en la superficie”) entonces ya nunca hay idea
de dualidad. Cuando se da el estado de Unmani, entonces se alcanza el Trono
Supremo. Después de ello, allá donde vaya la mente, allí se tiene obtenido el
Trono Supremo (la mente goza de salvación allá donde este). Aquello que es
igual en todo, solo es Brahman. Uno puede obtener el poder de golpear el akasa
con su puño, puede que calme su hambre comiendo cáscaras de arroz, pero nunca
alcanzara la liberación aquel que no tiene la cognición interior de “Yo soy
Brahman”. […]