miércoles, 17 de mayo de 2017

MUNDO ILUSORIO Y CONOCIMIENTO INDIRECTO





MUNDO ILUSORIO 

CONOCIMIENTO INDIRECTO



Dravidacharya



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sanatanadharmatradicional



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Comentario a una sloka del texto clásico vedantino titulado "Tattvabodha" en donde se aclara, breve pero concisamente, la tendencia frecuente del neófito mal orientado a negar precipitadamente la "realidad" del mundo ordinario (Jagat) -con los 'riesgos' de extravío que ello puede conllevar-. 
(Traducción inédita al castellano de Roberto Mallón Fedriani)


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आत्मा सत्यं तदन्यत् सर्वं मिथ्येति।
ātmā satyaṁ tadanyat sarvaṁ mithyeti |

Atman (el Sí Mismo) es Verdadero y todo lo demás es Mithya (ilusorio).



Comentario:

Mithya: ilusión. Esta es la palabra fundamental, la palabra más importante en el Vedanta; tan importante como la que designa al Sí Mismo (Brahman/Atma/Purusha). 

El famoso Acharya Madhusudana Sarasvati proclama que “la no-dualidad (advaita) se comprueba demostrando que la dualidad es ilusoria” (dvaita mityatvasiddhi purvakatvat advaitasiddhe). Mithya no se debe traducir como “falso”. La definición de mithya es “aquello que, siendo distinto de lo existente y de lo no-existente, es inexplicable” (sad-asad ubhaya vilakshanatve sati anirvacaniyatvam). Esto es exactamente lo que explica el Acharya con la afirmación “sad-asadbhyam anirvacaniyam”; no es ni real ni irreal, sino algo distinto a ambas cosas, pues si es real no lo podemos negar, y si es irreal no necesita negarse. Así pues, se trata de algo que tiene una existencia aparente.

Hay una frase famosa que dice que “el mundo es ilusorio ya que es visto (objetivado); es inerte y limitado (por el tiempo, el espacio y el objeto); es igual que la plata de la madreperla” (jagad mithya, drshyatvat, jadatvat, paricchinatvat, shukya-rupyavad). Jagat es el mundo, y los objetos como la vasija, etc., son parte de él, luego son también mithya.

En el Vedanta se aceptan tres tipos de realidades: Paramartika, Vyavaharika y Pratibhasika.

1.     Paramartika es la realidad última, el Sí Mismo. Aquello que es real en los tres momentos del tiempo y no puede ser negado. A esto se le puede llamar también lo “permanentemente permanente”.

2.   Vyavharika es la realidad transaccional, el mundo. Es aquello que es real hasta que es negado por medio del Conocimiento del Sí Mismo. Sólo se puede negar por medio del Conocimiento del Sí Mismo. Este estado lo podemos llamar el de lo “temporalmente permanente”.

3.    Pratibhasika es la realidad superpuesta; el conocimiento erróneo. Se trata de lo que no es nunca real pero que se nos aparece como si lo fuera hasta que se alcanza el conocimiento del sustrato. Esto solo se puede negar conociendo el sustrato que en este caso algo distinto que el Sí Mismo[1] . A esto lo podemos llamar lo “temporalmente temporal”.
    
El conocimiento (ordinario) de una vasija es negado por medio del Conocimiento (vedántico). Entonces, al tratarse de una ilusión (mithya), esta forma de conocimiento no se puede afirmar que sea un “conocimiento correcto” (prama), ya que es ‘negado’ (badhita) y no ‘no-negado’ (abhadita).

No obstante, según el planteamiento vedántico, hasta que no se alcanza el conocimiento del Sí Mismo (Atman-Brahman), el mundo de la vasija, etc., se debe aceptar que es vyavaharika, es decir, no se debe ‘negar’ (badhita) dándolo precipitadamente por "falso". Es únicamente por medio del conocimiento inmediato del Sí Mismo como puede negarse. 

Y decimos conocimiento ‘inmediato’ (aparoksha) del Sí Mismo porque por medio del estudio del Vedanta podemos llegar a tener el conocimiento general de que no somos el complejo cuerpo-órganos sensoriales, pero este conocimiento tiene un carácter ‘mediato’ (paroksha). 

Dice la sruti que cuando se alcanza el conocimiento (directo(aparoksha) del Sí Mismo, se alcanza la no-dualidad y se niega la dualidad, de modo que entonces no queda otra cosa que el Sí Mismo, y el mundo de la dualidad entendido como conocedor-conocimiento-conocido deja de existir en su forma aparente. 

Hasta que no se alcanza este estado, la dualidad existe.


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[1] Se trata de todo aquello que en el mundo transaccional ordinario constituye un error de interpretación. Como ejemplo podemos recordar el clásico de la cuerda (substrato) que en la penumbra se nos aparece como si fuera una serpiente.